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Mucho trabajo, escuela: poco tiempo para postear

Pero les dejo las notas que tomé del libro de Rizoma. Es una cosa muy extraña (aunque la wikipedia me ayuda a entender) pero me parece una estética muy interesante aunque inviable.


Deleuze, Guilles, Felix Guattari, Rizoma. Introducción. Pre-textos, Valencia, 2003,
57 pp.
En un buen libro, como en cualquier otra cosa, hay líneas de articulación o de segmentaridad, estratos, territorialidades; pero también líneas de fuga, movimientos de desterrittorialización y de desestratificación. (p.10)

Todo eso, las líneas y las velocidades mesurables constituyen un agenciamiento (agencement). Un libro es precisamente un agenciamiento de ese tipo, y como tal inatribuible. (p.10)

Un libro es una multiplicidad. Pero todavía no sabemos muy bien que significa lo múltiple cuando cesa de ser atribuido, es decir, cuando es elevado al estado de sustantivo. (p.10)

NO hay ninguna diferencia entre aquello de lo que un libro habla y cómo está hecho. Un libro tampoco tiene objeto. En tanto que agenciamiento, sólo está en conexión con otros agenciamientos, en relación con otros cuerpos sin órganos. (p.11)

Hay que preguntarse con qué funciona. (p.11)

Un primer tipo de libro es el libro-raíz. El árbol ya es la imagen del mundo, o bien la raíz es la imagen del árbol-mundo. Es el libro clásico como bella interioridad orgánica, significante y subjetiva (los estratos del libro). El libro imita al mundo, como el arte a la naturaleza: por los procedimientos propios que llevan a cabo lo que la naturaleza no puede, o ya no puede hacer. (p. 12)

Incluso el libro como realidad natural es pivotante, con su eje y las hojas alrededor. (p. 13)

El sistema –raicilla, o raíz fasciculada, es la segunda figura del libro, figura que nuestra modernidad invoca con gusto. En este caso, la raíz principal ha abortado o se ha destruido en su extremidad; en ella viene a injertarse una multiplicidad inmediata y cualesquiera de raíces secundarias que adquieren un gran desarrollo. (p. 14)

La obra más resueltamente fragmentaria puede ser perfectamente presentada como la Obra total o el Gran Opus. (p.14)

Siempre que una multiplicidad está incluida en una estructura, su crecimiento queda compensado por una reducción de las leyes de combinación. (p.15)

El mundo ha devenido caos, pero el libro continúa siendo una imagen del mundo, caosmos-raicilla, en lugar de cosmos-raíz. (p. 15-16)

Extraña mistificación del libro, tanto más total cuanto más fragmentado (p.16)

Lo múltiple hay que hacerlo, pero no añadiendo constantemente una dimensión superior, sino, al contrario, de la forma más simple, a fuerza de sobriedad al nivel de las dimensiones de que se dispone, siempre n-1 (sólo así sustrayéndolo, lo Uno forma parte de lo múltiple. (p. 16)

Sustraer lo único de la multiplicidad a constituir: escribir a n-1. Este tipo de sistema podría denominarse rizoma. Un rizoma como tallo subterráneo se distingue radicalmente de las raíces y de las raicillas. (p.16)

1º. y 2º. Principio de conexión y de heterogeneidad: cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo. (p.17)

Eslabones semióticos de cualquier naturaleza se conectan en él con formas de codificación muy diversas, eslabones biológicos, políticos, económicos, etc., poniendo en juego no sólo regímenes de signos distintos, sino también estatutos de estados de cosas (p.17)

Un rizoma no cesaría de conectar eslabones semióticos, organizaciones de poder, circunstancias relacionadas con las artes, las ciencias, las luchas sociales. (p.18)

3º. Principio de multiplicidad: sólo cuando lo múltiple es tratado efectivamente como sustantivo, multiplicidad, deja de tener relación con lo Uno como sujeto o como objeto, como realidad natural o espiritual, como imagen y como mundo. Las multiplicidades son rizomáticas y denuncian las pseudomultiplicaciones arborescentes. No hay unidad que sirva de pivote en el objeto o que se divida en el sujeto. (p.19)

Un agenciamiento es precisamente ese aumento de dimensiones en una multiplicidad que cambia necesariamente de naturaleza a medida que aumenta sus conexiones. (p. 20)

En un rizoma no hay puntos o posiciones, como ocurre en una estructura, un árbol, una raíz. En un rizoma sólo hay líneas. (p. 20)

El libro ideal sería, pues, aquél que lo distribuye todo en ese plan de exterioridad, en una sola página, en una misma playa. (p.21)

Kleist inventa una escritura de ese tipo, un encadenamiento interrumpido de afectos, con velocidades variables, precipitaciones y transformaciones, siempre en relación con el afuera. Anillos abiertos. También sus textos se oponen, desde todos los puntos de vista, al libro clásico y romántico, constituido por la interioridad de una sustancia o de un sujeto. (p. 21)

4º. Principio de ruptura asignificante: frente a los cortes excesivamente significantes que separan las estructuras o atraviesan una. Un rizoma puede ser roto, interrumpido en cualquier parte, pero siempre recomienza según ésta o aquella de sus líneas, y según otras. (p. 22)

Todo rizoma comprende líneas de segmentaridad según las cuales está estratificado, territorializado, organizado, significado, atribuido, etc.; pero también líneas de desterritorialización según las cuales se escapa sin cesar. (p. 22)

Igual ocurre con el libro y el mundo: el libro no es una imagen del mundo, según una creencia muy arraigada. Hace rizoma con el mundo, hay una evolución aparalela del libro y del mundo, el libro asegura la desterritorialización del libro, que a su vez se desterritorializa en sí mismo en el mundo (si puede y es capaz).

Escribir, hacer rizoma, ampliar nuestro territorio pos desterritorialización, extender la línea de fuga hasta lograr que englobe todo el plan de consistencia en una máquina abstracta (p. 27)

5º. y 6º. Principio de cartografía y de calcomanía: un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo. (p. 27) Es ajeno a toda idea de eje genético, como también de estructura profunda (p. 27-28)

Contrariamente al calco, que siempre vuelve «a lo mismo», un mapa tiene múltiples entradas. (p. 29)

El calco ha traducido ya el mapa en imagen, ha transformado ya el rizoma en raíces y raicillas. Ha organizado, estabilizado, neutralizado las multiplicidades según sus propios ejes de significación. Ha generado, estructuralizado el rizoma, y, cuando cree reproducir otra cosa, ya sólo se reproduce a sí mismo. (p. 31)

Por eso es tan importante intentar la otra operación, inversa pero no simétrica: volver a conectar los calcos con el mapa, relacionar las raíces o los árboles con un rizoma. (p. 32)

Y lo mismo habría que hacer con un mapa de grupo: mostrar en qué punto del rizoma se forman fenómenos de masificación, de burocracia, de leadership, de fascistización, etc., qué líneas subsisten a pesar de todo, aunque sea subterráneamente, y continúan oscuramente haciendo rizoma. (p. 33)

Habrá que apoyarse directamente en una línea de fuga que permite fragmentar los estratos, romper las raíces y efectuar nuevas conexiones (p. 33)

En los rizomas existen estructuras de árbol o de raíces, y a la inversa, la rama de un árbol o la división de una raíz pueden ponerse a brotar en forma de rizoma. La localización no depende aquí de análisis teóricos que implican universales, sino de una pragmática que compone las multiplicidades o los conjuntos de intensidades. (p. 34)

No hay nada más bello, más amoroso, más político que los tallos subterráneos y las raíces aéreas, la adventicia y el rizoma. (p. 35)

Los sistemas arborescentes son sistemas jerárquicos que implican centros de significancia y de subjetivación, autómatas centrales como memorias organizadas. Corresponden a modelos en los que un elementos sólo recibe informaciones de una unidad superior, y una afectación subjetiva de uniones preestablecidas. (p. 37-38)

Rosenstiehl y Petitot insisten en lo siguiente: la oposición centrado-acentrado es menos válida por las cosas que designa que por los modos de cálculo que aplica a las cosas. (p. 40)

Tomemos una vez más el psicoanálisis como ejemplo: no solo en su teoría, sino también en su práctica de cálculo y tratamiento, el psicoanálisis somete al inconsciente a estructuras arborescentes, a grafos jerárquicos, a memorias recapituladoras, a órganos centrales, falo, árbol-falo. El psicoanálisis no puede cambiar de método: su propio poder dictatorial está basado en una concepción dictatorial del inconsciente. El margen de maniobra del psicoanálisis queda así muy reducido. (p. 41)

(rizoma:) red maquínica de autómatas finitos (p. 41)

Resulta curioso comprobar cómo el árbol ha dominado no sólo la realidad occidental, sino todo el pensamiento occidental, de la botánica a la biología, pasando por la anatomía, pero también por la gnoseología, la teología, la ontología, toda la filosofía...: el principio-raíz, Grund, roots, y fundations. (p. 41)

Haudricourt cree incluso que ésa es una de las razones de la oposición entre las morales y las filosofías de la trascendencia, tan estimada en Occidente, y las de la inmanencia en Oriente: el Dios que siembra y siega, por oposición al Dios que horada y desentierra (horadar frente a sembrar). Trascendencia, enfermedad específicamente europea. (p. 42)

Diferencia en la concepción del libro: «Hojas de hierba». Pero en América hay distintas direcciones: en el Este se llevan a cabo la búsqueda arborescente y el retorno al Viejo Mundo; en el Oeste, con sus indios sin ascendencia, su límite siempre escurridizo, sus fronteras móviles y desplazadas, es rizomático. (p. 44)

(El intermediario entre el Occidente y el Oriente no es la India, como creía Haudricourt, es América la que hace de pivote y de mecanismo de inversión.) (p. 44)

Todo se reúne en América, a la vez árbol y canal, raíz y rizoma. (p. 46)

Lo fundamental es que el árbol-raíz y el rizoma-canal no se oponen como dos modelos: uno actúa como modelo y como calco trascendente, incluso si engendra sus propias fugas; el otro actúa como proceso inmanente que destruye el modelo y esboza un mapa, incluso si constituye sus propias jerarquías, incluso si suscita un canal despótico. (p. 47)

Problema de la escritura: siempre se necesitan expresiones anexactas para designar algo exactamente. Y no porque necesariamente haya que pasar por ahí, no porque sólo se pueda proceder por aproximaciones: la anexactitud no es de ningún modo una aproximación, al contrario, es el paso exacto de lo que se hace. (p. 47)

Lo que hay que volver a colocar sobre los mapas son los calcos, y no a la inversa. (p. 49)

Por ejemplo, en la medida en que un libro está compuesto de capítulos, tiene sus puntos culminantes, sus puntos de terminación. ¿Qué ocurre, por el contrario, cuando un libro está compuesto de mesetas que comunican unas con otras a través de microfisuras, como ocurre en el cerebro? Nosotros llamamos «meseta» a toda multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales, a fin de mostrar y extender un rizoma. (p.50).