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Discursos

Cuando el gobierno asevera que está en una "guerra" contra el narcotráfico, me doy cuenta que el presidente en turno utiliza las mismas estrategias discursivas y retóricas que Bush. Una guerra, por definición, es un acto político. Tanto Estados Unidos como en México libran guerras contra el enemigo público: el terrorismo y el narcotráfico, respectivamente. Una se realiza en Medio Oriente; la otra es una guerra doméstica. Un burdo principio para triunfar es ganarse el corazón de las personas. Eso se puede hacer por la simpatía. O infundiendo el miedo.

Mi fe no radica en esta ciudad. Aunque no niego que la veo como un principio narratológico. Pero no dejo de perder mi fe en ella ni me amedrento como muchos lo han hecho ante la violencia que se ha dado en la ciudad. No me dedico a esquivar balas. A pesar que esta semana estuve justo en el lugar, un espacio genérico como lo son todos en la ciudad, donde rafaguearon a un policía y su famila. No es la mejor de las experiencias, pero es lo más cercano a sentir el éxtasis del thanatos.

En esta semana los medios de comunicación difunden un correo electrónico que avisa que este fin de semana será el "más sangriento" de todos. Me sorprende que confíen en el internet, ese medio que promete penes más grandes, medicamentos sin recetas, y fortunas de príncipes nigerianos. Si ocurre, sería terrible, pero el Ejército estaría avisado. Aunque en caso contrario, al no ocurrir, sería irresponsable que los medios difundieran la psicosis colectiva y fueran parte de ese terrorismo del narcotráfico. Pero, de igual forma, si la gente se queda en sus casas ocurra o no, el narcotráfico habrá ganado (¿no les recuerdo eso a otra expresión?)


Que levante la mano al que le dijeron que no saliera.