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Nightlife & Séneca

No soy un morning person. Así que la epístola 122 a Lucilo de Séneca lo siento como un reproche personal.

Reprobable el que yace en el lecho, amodorrado, cuando el sol ya está alto, y comienza su vigilia al mediodía; y aún para muchos es éste un tiempo matinal. Hay gente que ha invertido las tareas del día y de la noche, y no entreabren los ojos fatigados por la orgía de la víspera antes de que la noche vuelva a reaparecer (...)


Podrán leer un fragmento más amplio en la siguiente liga.


Enlace: Apócrifos de Zagal: Al que madruga, Dios lo arruga