Ir al contenido principal

Sobre los Cuentuitos

En un artículo del periódico Milenio la escritora Cristina Rivera Garza habla sobre el éxito que tuvieron los #cuentuitos. Qué gusto la resonancia obtenida por este experimento literario en la comunidad de Twitter.

La nota que publica me llama atención por algunas referencias a teoría literaria contemporánea.

Dice la reconocida teórica sudaméricana Josefina Ludmer que las escrituras posautónomas son aquellas que, escapando a los confines y tretas de lo literario, se abocan por su parte a la producción de presente. De César Aira a Bruno Morales, de Fabián Casas a María Sonia Cristoff, Ludmer se ha dado a la tarea de ubicar autores cuyas obras “no admiten lecturas literarias; esto quiere decir que no se sabe o no importa si son literatura. Y tampoco importa o se sabe si son ficción o realidad. Se instalan localmente y en una realidad cotidiana para ‘fabricar presente’ y ese es precisamente su sentido”. Para estas escrituras todo lo económico es cultural y viceversa. Asimismo, estas escrituras parten de, o más bien confirman que, la realidad es ya en sí misma ficción y que la ficción es nuestra realidad cotidiana. Si todo esto es cierto, y sigo muy tentada a pensar que así lo es, el fenómeno que ocurrió alrededor del hashtag #cuentuitos es más serio de lo que suponemos.

De acuerdo con las propias estadísticas de twitter, por algunas bastantes horas de ese 20 de mayo, 0.02% de la producción de tuits en el mundo estuvo concentrada en la producción de escritura. Esta cifra parecería insignificante a primera vista, pero no lo es si se considera que se producen un promedio de 50 millones de tuits al día. Todo parecería indicar que, contrario a lo que esparcen los escandalosos rumores acerca del fin del libro y la escritura, esta nueva generación de Nativos Digitales está tan o más interesada en escribir que sus contraparte No Digital. Eso sí, las estadísticas aclaran que lo que les interesa a los ND, especialmente a los tuiteros, son esas formas de escritura que escapan de la camisa de fuerza de la autonomía literaria. Tal como lo argumentara Sibilia, otra reconocida teórica argentina, los partícipes de escrituras públicas y colectivas tanto en bitácoras electrónicas como en el microblog privilegian formas de yo alterdirigidas que dan pie a escrituras que combinan la autoficción con la no ficción. Independientemente del mote que se les adhiera, ya como posautónomas o como noficción, estas escrituras invocan formas de lectura que escapan al tamiz de lo hasta ahora conocido y valorado como “lo literario”.

Respecto a "Todo parecería indicar que, contrario a lo que esparcen los escandalosos rumores acerca del fin del libro y la escritura, esta nueva generación de Nativos Digitales está tan o más interesada en escribir que sus contraparte No Digital" ya es verdad de perogrullo a estas alturas. Con el advenimiento de la Edad Digital (así como hubo Edad de Piedra o de Metales) el homo sapiens sapiens nunca había escrito tanto. Quizá en estos últimos diez años se ha escrito más que en todo momento pasado: ¿alguien lleva la cuenta de cuántos mensajes de texto y conversaciones por MSN se han desarrollado? (lo cual también se debería contabilizar si aceptamos la idea de tomar la actividad en Twitter como un acto de escritura). Una teoría creo vagamente relacionada la he comentado en la entrada de Twitter y la humanidad como autor.

Lo importante es la inclusión de #cuentuitos en la relevancia de temas dentro de Twitter.


* Dato obtenido por medio de una elemental regla de tres.