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¿Para qué sirve tener un blog, anyways?

Hace mucho tiempo este blog se actualizaba diariamente con múltiples entradas. Las actualizaciones ocurrieron durante un periodo en el que estuve desempleado y quería explorar la posibilidad de genera un espacio redituable, a pesar que nunca moneticé el sitio con publicidad.

Esencialmente actualicé el blog durante 2009-2010 porque me gustaba hacerlo. Fue una buena época y espero que lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice.

De hecho, si me preguntan, el único trabajo que me gustaría tener en la vida sería el de curador de artículos online (bloguero, en otras palabras). Me gustaría generar un ingreso por mi trabajo de selección y edición de contenidos porque desde hace algunos años tengo ese pasatiempo y creo que lo he desempeñado con seriedad y disciplina.

Pero este comentario ya es una discusión que tuvo Jason Kottke con su blog kottke.org (uno de los trabajos de curaduría más estimulantes y admirables que conozco). Kottke, con sus circunstancias, ya resolvió este dilema. Su solución la pueden encontrar en su blog. No intento compararme con él. Simplemente, en caso de que lo desconozcan, deseo que (re) descubran el sitio de kottke.org porque en realidad es lo más valioso que tienen esta cosa llamada Internet en el mundo de las nuevas humanidades.

Pero hubo varios cambios en mi vida el año pasado y es por ello que este proyecto de llorch.org quedó a un lado. Continúo mi educación en una maestría. Doy clases de español en una universidad norteamericana. Las prioridades en mi vida han cambiado momentáneamente.

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Hace unos meses, tras una presentación de libro en Ciudad Juárez salió a la plática la inactividad de mi blog. Nunca pensé que esto llegara a ser un tema de conversación en absoluto. La gran perspectiva la obtuve de Bernardo Jáuregui, de editorial Bagatela, ya que dijo algo como que igual y apreciaba los contenidos de la "época" más reciente de este sitio pero en realidad lo que realmente le había enganchado de este blog eran mis comentarios personales sobre temas actuales o posturas literarias, artísticas, estéticas, etc., de una "época" anterior.

¡Vaya! A pesar que no pretendo complacer a todo el mundo, porque como ya lo dijo el sabio Roberto Gómez Bolaños "no conozco la fórmula del éxito pero sí la del fracaso: intentar agradar a todos", me sorprendió que uno de los lectores de este blog, uno que conozco personalmente y que no ha caído aquí gracias a una búsqueda de Google, tuviese una perspectiva divergente de mi trabajo aquí. Igual y eso es bueno. Con lo anterior intento elaborar que incluso tus intenciones dentro de un proyecto no siempre satisfacen al mercado que tenías en mente.

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Hago estas reflexiones como un ejercicio más crítico, o como una justificación más elaborada, a la pregunta "¿por qué ya no actualizas tu blog?". Ya no intentaré justificar o prometer la regularidad de este espacio. Pero me gusta pensar al respecto.

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Veo que mi trabajo, bueno o malo, no tuvo mucha influencia o importancia. En fechas recientes, he visto entre mis contactos de Facebook y Twitter los enlaces que se pasan. Algunos sitios fueron reseñados aquí hace meses. Enfatizo: deseo articular una reflexión, no una exposición velada de berrinches míos.

Ha llegado el momento en que el blog debe verse como una plataforma madura para la discusión de los temas públicos que le conciernen a cada nicho dentro del Internet. En este momento hablo del blog como nuevo objeto dentro de los sistemas de divulgación literaria. Me gusta hacerlo cuando hace años ya todos han dicho que el formato del blog ha muerto.

O intento legitimar al blog porque a mí no me interesa publicar en revistas ni contemplo vivir de escribir libros. Lo mío, lo mío, es el blog. Así que hago este juego por legitimarlo.

El Internet tiene la misma hambre que la moda: la novedad. Para aquellos con un espíritu más clásico y que entienden el concepto de estilo (en oposición a moda), se desesperan de la ingenuidad de ese ideal. Porque también ocurre que la novedad, serpiente que devora su propia cola, termina convertida en un reciclaje. Yo no estoy interesado en ello. Un blog, más que un espacio en busca de exponer lo nuevo, debe ser un terreno para la discusión de contenidos de calidad. Esa es la medida con la que hay que pesar a una bitácora.   

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Un recurso con el que puede contar un blog es las notas de los proyectos con los que el editor se encuentra trabajando actualmente. Pienso en las exposiciones o anotaciones que he preparado en los últimos meses para mis clases y éstas se encuentras extravidas en una carpeta de mi disco duro, o en servicios de almacenamiento online como Dropbox o Evernote. Aunque no se destruirán, seguramente permanecerán en la oscuridad hasta que alguien ingrese a mi computadora y haga un avaluo de mis notas.

Pienso que podría socializar estos contenidos aquí. Esta semana hablé de la movida madrileña e hice una investigación acerca del movimiento en términos de diseño gráfico, fotografía, cine y música.

Hablar de investigaciones, no desde una mirada hedónica o caprichosa, sino como el inicio de los contenidos en un blog, la llama que enciende una conversación.

Los dispositivos de almacenamiento en USB han muerto. Dropbox y Evernote son caprichosos. El drive absoluto en esta época es el dominio corto y personalizado de cada blog.

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Todavía sirve de algo tener un blog.