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El Día de mi Santo

Casi no es común celebrar tu día indicado en el santoral. Pero Gina me recordó el mío. Sabía que tenía un santo con el nombre de llorch, pero fuera de un intento en la infancia de solicitar un doble cumpleaños, nunca lo había utilizado para algo. 

Cómo saben, usualmente cumplo años en diciembre. Y me pusieron el nombre del santo de ese día, pero está subordinado. Mi primer nombre –del cual proviene el nombre de este blog y un nombre de usuario que (espero hacer) marca registrada– fue tomado en honor de San Jorge.
 
Ayer leía en la efemérides de este día que Shakespeare había nacido hoy hace muchos años (y en otro calendario), así como había muerto Cervantes. (Aunque se dice que Cervantes y Shakespeare murieron el mismo día, no es cierto. Cuestión de calendarios Juliano y Gregoriano).

¿Qué les revelo del comentario anterior? Nada, solo mi gusto por la literatura. Ni que pudiera codearme con esos dos dudes. Pero se me hace extraño que dos de las figuras más importantes de la literatura hayan estado vinculadas con este día (o no).

Aunque también es curioso que el santo de hoy le haya dado nombre a algunos escritores más reconocidos en los manuales de literatura. Por ejemplo

George Sand (hasta a las mujeres les gusta este nombre)
Georges Bataille
Georges Perec (aparte de estos franceses, en la lista de Genette otros llorch son: 63, 191, 214, 288, 388, 465, 468, 480, 491, 501, 502, 578, 583, 602, 628, 661, 680, 751, 760, 790)
Stefan George (no sé si sea nombre o apellido. pero igual, nunca habían escuchado de él)
George Bernard Shaw
George Orwell
George Steiner
Giorgy Lukacs
Jorge Luis Borges
Jorge Manrique
Jorge Cuesta
Jorge Igargüengoitia
Jorge Edwards
Jorge Volpi (dudé en incluirlo, pero va)

Así que, señora, si quiere que su hijo sea todo un escritor, le suplico que le ponga este nombre. Si lo puede programar para este días, sería mas effing cool.

Detrás de todo, quizá, está San Jorge. La historia de este santo está llena de mentiras. La mayor de todas es que combatió con un dragón. C'mon. No existen los dragones. Los hemos visto en las caricaturas y en películas chafas –incluso en Shrek. ¿Qué fue lo que pasó? Un buen diga el llorch de los primeros años de la era cristiana se deshace de un animal como un sapo, o un gato sin pelos y salido de una charca. Va y le cuenta a los demás que fue una batalla muy cabrona y cuando le preguntan qué fue lo que mató, el we, sale con una piñota como: "aaaah, n mams, era una madrezota de este kalo, sip, bien fierrrota".

Nacer, morir. Vivir con la cruz de ese nombre. Quizá aquí entre los malos chistes hay un secreto de la literatura.



Bueno, ya. Si me van a felicitar, felicítenme, pues. :)