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Traicionando a Salinger

Imagina que tienes una pequeña editorial y se te ocurre enviarle una carta a Salinger preguntando si estaría interesado en publicar en tu sello. Piensa que no pasan meses si no una cantidad enorme de años para que te responda. Supón que Salinger acepta tu oferta. Concede que Salinger tiene ideas muy locas para el lanzamiento del libro. Cede un diseño austero y una tipografía en el lomo tan extraña como fea. Imagina, de nuevo, que tendrás la exclusiva de "Hapworth 16, 1924". Luego, comete una pequeña indiscreción. Nunca más vuelves a escuchar de Salinger.

Es lo que le pasó a Roger Lathbury. Los detalles en el artículo que escribió para la revista New York.


Enlace: Betraying Salinger