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La Fisionomía de Sócrates

Los antiguos narran una anécdota según la cual un adivino sirio, Zopiro, sin tener conocimiento de quién era Sócrates, le dijo que su rostro le denunciaba como estúpido y libidinoso; ante tal disparate los espectadores se rieron, pero Sócrates confesó que era verdad y que sólo la educación le había permitido superar estas malas inclinaciones. En este mismo sentido Platón lo comparaba con los silenos, por fuera grotescos y por dentro llenos de dioses. [Fuente: Sócrates: "Conócete A Ti Mismo"]