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| Artwork © Jorge Spinoza |
He terminado de leer las Catilinarias. En las Idas de Marzo.
Recuerdo que este texto era obligatorio de traducir en las clase de Latín en el departamento de Derecho. Lo recuerdo por el maestro Ferro.
La primera Catilinaria me ha dado consuelo. Como lo ha hecho en las últimas relecturas el monólogo de Hamlet.
Llego por medio de la vida de Catón el Viejo. Llego por los estoicos.
Aunque mi recorrido por la Roma clásica no proviene tanto de los estoicos (aunque he leído las meditaciones de Marco Aurelio a inicios de año).
Desde el año pasado, quien abrió el camino para esta serie de lecturas fue curiosamente Boecio.